Chupícuaro fue un gran centro alfarero reconocido como uno de los mejores en Mesoamérica por el acabado fino y decoración de las vasijas, las cuales fueron trabajadas con múltiples formas y colores, algunas con dibujos geométricos. Los motivos fueron las deidades, la maternidad, la lactancia, las personas y sus adornos, los animales y los vegetales.
Por el estudio de los estilos de la cerámica se infiere el tipo de vestimenta que usaban, se pintaban la cara y el cuerpo, usaban sandalias, bragueros, collares, orejeras, ajorcas y aretes. Las mujeres usaban elaborados peinados.
La originalidad de Capacha se basa en dos tipos específicos de cerámica:
Recipientes de cerámica grandes, su forma es de dos vasija globulares apiladas uno sobre la otro. Lleva el nombre Bule.
Cerámica que consiste de dos recipientes globulares sobrepuestos e interconectados entre sí por dos o tres tubos. La forma de esta cerámica asemeja a la tradición de cerámica con asas de estribo de América del sur.
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